Como casi siempre acudí a la radio amiga que me acuna hasta que me duermo, a menos que algún tema capte mi interés. Ese día el locutor hablaba de un artículo científico, aunque más sonaba a ciencia ficción, que hablaba de una lista de los 10 animales extinguidos que resultaría más sencillo "resucitar" para el ser humano. Es decir, aquellos seres vivos que hace tiempo que no caminan sobre el planeta pero de los que tenemos restos de los que podríamos extraer una secuencia de ADN. Vamos, a lo "Parque Jurásico" pero sin dinosaurios, porque el ADN de tanta solera no es viable, tiene que ser joven, crianza o como mucho reserva.
Al parecer se cree posible después de que unos científicos nipones clonaran ratones sanos a partir de unos que llevaban muertos y congelados 16 años. Bueno, posible, pero con muchos problemas. El primero obtener ADN suficiente de los restos que han llegado hasta nosotros. El segundo, encontrar una madre portadora idónea, ya que la mayoría de las crías serían mucho mayores que ésta. Pero el más gordo es el dilema moral que acarrea andar jugando a ser dioses por un día y las consecuencias impredecibles de devolver a la vida a un oso Yogui que pese una tonelada o a nuestro primo el Neanderthal para echar un tute. Claro que otros piensan que si nosotros nos cargamos a unos cuantos de la lista por qué no sería ético devolvérselos a la mami Naturaleza.
Esta sería la lista de especies a resucitar, según los científicos locos, y que traigo gracias a espaciociencia y neoteo.
1. Neanderthal (Homo Neanderthalensis): extinguidos hace unos 30 mil años
Está en el top ten porque se supone que en este año se obtendría su genoma completo. Además, para qué negarlo, es el que tendría más tirón porque sería fascinante averiguar cómo sería respecto a nosotros. ¿Aprendería a hablar? ¿Saldría en Gran Hermano? ¿Levantaría la tapa del wáter para hacer sus cositas? ¿Le enseñarían las monjas del cole como a mí a cantar "El hombre de Cromagnon no está hecho de latón"?
Por otra parte, revisando esa foto me ha recordado a alguien, siendo un poco mala, así que quién sabe si no caminan entre nosotros, como afirman los que explican así las apariciones del Big Foot.
2. Tigre dientes de sable (Smilodon fatalis): Extinguido hace 11 mil años.
Estos gatitos podían llegar a pesar 350 kg. Pese a lo que pueda aparentar por sus famosos dientes, su mordedura era más débil que la de los felinos actuales, así que se cree que mataba enormes presas derribándolas por la fuerza de sus patas delanteras para luego seccionarles la tráquea o la yugular. Glups, para ti todos, Ángel Cristo.
3. Oso de cara corta (Arctodus simus): Extinguido hace 10 mil años.
Que el nombre no os lleve a engaño, parece ser que corta sólo tenía la cara, porque de estatura era más alto que nosotros y sobre las patas traseras podía elevarse 3 m. (de otras partes de la anatomía no vamos a hablar, habría que preguntarle a las osas).
4. Tigre de Tasmania o Tilacino (Thylacinus cynocephalus): Extinguido en 1936 (¿o no?)
El último ejemplar conocido era Benjamin, este peluchín tan curioso, a medio camino entre un lobo y un marsupial como los canguros y koalas; y se murió en 1936 en el zoo de Hobart. Por cierto que se cree que era hembra, así que o tenía mal el nombre o serios problemas de identidad sexual. Sería hipotéticamente el animal extinguido más fácil de recuperar, porque como se guardaron sus tejidos se ha podido recuperar su ADN. Pero tal vez no haga falta, pues hay quien piensa que pueden quedar ejemplares en lugares remotos de la isla de Tasmania, que fue su último refugio.
5. Gliptodonte (Glyptodon clavipes): Extinguido hace 10 mil años.
Este armadillo gigantesco, cuyo nombre parece puesto a mala fe, porque significa en latín diente de piedra y pertenece a la orden Xenarthra (desdentados), tenía el tamaño de un wolkswagen escarabajo y se paseaba por Sudamérica hace 10 mil años comiendo hierbajos. En el dibujo lo vemos junto a unos humanos que se han olvidado el bonobús, por aquello de no tener bolsillos. ¿Y lo que molaría utilizar sus caparazones vacíos de tienda de campaña, qué? Eso han debido pensar los científicos locos, que por cierto no sé de dónde van a sacar para clonarlos si no se han encontrado restos bien corservados en fango, cuevas o congelados.