¿Recordáis a la tortuga de Mafalda?
- Empeñarse en pedir sólo certificados de asistencia a cursos. Si participaste como ponente, con la de tiempo que te quita eso y lo difícil que es de conseguir, se la trae al pairo. Así que corriendo a pedir certificados de asistencia a cursos de cuando mi abuela no usaba cachaba y rezar para que lleguen a tiempo.
- Emperrarse en solicitar publicaciones originales. Las preguntas que yo me hago son: ¿cómo me aseguro yo de que van a enviar mis tochos a otra provincia? ¿para qué los quieren si no hay modo de asegurar que yo soy efectivamente quien los ha escrito y no otra persona con mi nombre y apellidos, que son bien corrientes? ¿a quién se le ha ocurrido la idea de que voy a mandar libros por un valor superior a 100 leuros que no me piensan devolver?
- La RENFE sigue sacando los billetes cuando le sale de ahí y sin tarifas baratas y tras la experiencia con el último ALSA, en el que tuve que indicarle al conductor por dónde salir de la ciudad después de que saliera con media hora de retraso, no me han quedado ganas de repetir más que por raíles.
- Pero lo mejor es que, como me va la marcha, no contenta con esto he decidido renovar mi móvil con Orange. Si alguien está en esta compañía (si no da un poco igual porque todas funcionan de modo parecido), se habrá dado cuenta de que para conseguir un móvil un poco decente o hay que gastarse el sueldo en llamadas o no hay nada que rascar. Todas las ofertas buenas son para gente que viene de otras compañías. Y no creáis que pido un móvil de última generación, táctil, con internet, ni ná de ná. Pero hombre, el zapatófono del súper agente 86 ya está un poquito pasado de moda.
Así que toca aguantar otro tipo más elevado de sadismo burocrático, en el que tarda en salirte una operadora la media hora que tienes que aguantar a la maquinita dándote la brasa y haciéndote apretar botones o hablar sola por la calle como una gilipuá. Después de hacerle ver pacientemente la situación a la mujer lo más que hace es ofrecerme el granzapatófono6.000, con menos aplicaciones que el granzapatófono9.000 pero igual de divertido, al precio de 9 euros. Cuando intento delicadamente decirle que no me parece normal pagar semejante cantidad por un zapatófono poco mejor que el anterior, que al fin y al cabo sólo sirve para hacerle gasto en su compañía ¿no va y me dice que ese es el precio de un café hoy en día?
¿Quéééééé?
Perdona bonica, aunque cada vez sea más difícil encontrar un café a 1 euro en mi ciudad sitios haberlos haylos. Así que no se le ocurre nada mejor que decirme que se refería al precio de un desayuno completo. Yo no sé a qué precio desayunáis cuando váis por ahí, pero donde os cobren 9 lereles espero que incluyan "final feliz".
Así que hoy echo el cierre, me voy a pasar un fin de semana de relax junto al costillo y os dejo un par de remedios que son mano de santo si alguna vez la burocratitis amenaza su salud mental. A mí al menos me han dejado bastante más tranquila:
Remedio 1
Remedio 2: click
Pueden abrirlo sin ningún problema, que no es ningún virus, palabrita del niño Jesús, y ya me contarán qué tal les va. Un consejo personal: muchas termitas y... usen la imaginación.