El otro día puse un video de humor sobre las leyes de Murphy aplicadas a la ópera. Pero ¿qué hacer si el decorado se cae, si se te rompe una copa, engancha el vestido o si sufres un tropezón inoportuno? Pues imitar al maestro Domingo y seguir adelante de tal modo que nadie ose reírse de un payaso enfurecido.
CANIO (Payaso)
¡Terminemos la comedia!
Tengo derecho, yo también,
a comportarme como
cualquier otro hombre.
¡Su nombre!
NEDDA
(Fría y sonriente)
¿De quién?
CANIO
Quiero el nombre de tu amante,
del canalla infame
en cuyos brazos te arrojaste,
¡oh, sucia mujer!
NEDDA
(Sigue ajustándose a la comedia)
¡Payaso! ¡Payaso!
CANIO
¡No, yo no soy Payaso!
¡Si el rostro es pálido
es por vergüenza y furor de venganza!
El hombre reclama sus derechos
y el corazón que sangra,
quiere sangre para lavar la injuria.
¡Oh, maldita! ¡No! ¡No soy Payaso!
¡Soy el imbécil que te recogió,
huérfana, de la calle,
casi muerta de hambre,
y te ofreció necia, un nombre!
¡Y, un amor, que era fiebre y locura!
MUJERES
Comadres, ¡me hace llorar!
¡Parece tan real esta escena!
HOMBRES
¡Callaos, las de ahí abajo!
¡Qué diablos!
SILVIO
(Para sí)
¡Apenas me contengo!
CANIO
Esperaba, en mi ciego delirio,
si no amor,
¡al menos, piedad, agradecimiento!
¡Y los sacrificio a mi corazón,
contento imponía, y, lleno de fe,
creía más que en el mismo Dios,
en ti!
Pero sólo el vicio alberga
en tu alma negligente;
tú, tú no tienes entrañas...;
tu única ley son los sentidos.
Vete, no te mereces mi dolor,
¡meretriz abyecta!
¡Quiero, con todo mi desprecio,
aplastarte bajo mi pie!
LA GENTE
¡Bravo!
NEDDA
(Fría, aunque seria)
Pues, bien,
si me juzgas, indigna de ti,
échame ahora mismo.
CANIO
(Con astucia)
¡Ah! ¡Ah!
Nada mejor que salir corriendo
a los brazos del amante...
¡Eres lista!
¡No, por Dios que te quedarás aquí,
y me dirás el nombre de ese pájaro!
Libreto completo aquí. Vía Harte con hache.
NEDDA
(Intentando retomar la comedia)
Vamos, ¡tan terrible,
de verdad, no te creía!
Aquí, no hay nada de trágico.
Ven a decírselo, ¡oh, Tadeo!
que el hombre sentado frente a mí
era el miedoso e inocuo Arlequín!
(Contiene, en seguida, su risa ante
la actitud de Canio)
CANIO
(Terrible)
¡Ah! ¡Me estas desafiando!
¿Aún no te has enterado de
que no voy a ceder?
¡El nombre o tu vida!
NEDDA
¡No, por mi madre!
Indigna seré yo,
todo lo que tú quieras,
pero, no soy vil, ¡por Dios!
Más fuerte que tu desdén es mi amor:
No hablaré.
¡No, aún a riesgo de muerte!
(Se oye un murmullo entre la gente.)
CANIO
(Gritando, agarra un cuchillo)
¡El nombre! ¡El nombre!
NEDDA
¡No!
SILVIO
(Desenvainando un puñal)
¡Diablos!
Lo hace en serio...
CANIO
¡Entre espasmos de muerte
me lo dirás!
LA GENTE
¡Detente!
CANIO
(Canio, en un paroxismo de cólera,
agarra a Nedda y la apuñala.)
¡Toma!
NEDDA
¡Socorro...! ¡Silvio!
SILVIO
(corre en su ayuda)
¡Nedda!
CANIO
(Se vuelve, como una fiera, se
arroja sobre él y lo apuñala.)
¡Ah! ¡Eres tú! ¡Bienvenido!
(Silvio cae, fulminado)
LA GENTE
¡Jesús, María y José!
(Mientras varios se precipitan sobre
Canio para desarmarlo, él, inmóvil,
estupefacto, deja caer el cuchillo.)
CANIO
¡La comedia ha terminado!
This entry was posted
on jueves, 20 de noviembre de 2008
at 19:11
and is filed under
pera maestra
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.