Cuánto daño ha hecho la Disney señor, que de niñas todas queríamos casarnos con un príncipe azul a caballo vestidas de tarta de nata. Luego ya según fuimos creciendo preferíamos que el príncipe más que azul estuviese macizorro y además fuera listo, divertido y no le importara hacernos unas tostadas de vez en cuando y llevárnoslas a la cama. Ah, y por supuesto debía tener lo que le faltaba a Ken, que no tenía siquiera una minichorra como el David de Miguel Ángel. Pero ahora, visto lo que os voy a poner, de príncipes nada. Me quedo con mi costillo que además de todo lo de arriba es ingeniero, con el juego que da eso, hombreya dónde va a parar.
Blancanieves


Caperucita Roja

La cenicienta

Jasmine

La bella durmiente

La Bella

La sirenita
