Hace tiempo hablábamos de la pintura de hoy en día (click, potoclock), pero la verdad es que el síndrome "¿pero esto es arte, por el amor de Dios?" se puede aplicar a casi a todo, incluido la música clásica que se hace hoy en día. Así que aquí os dejo la mordaz crítica del humorista uruguayo Leo Masliah, con letra y todo, cortesía de la revista Claves Musicales.
CONTEMPORÁNEO
Soy un compositor contemporáneo.
No trabajo con acordes vetustos,
y si lo hago es en tren de joda,
solamente para ridiculizarlos
o porque no los conozco
y se me forman de casualidad.
Aunque si sospecho algo,
enseguida trato de disimularlo,
rellenándolo con notas
o despojándolo,
para mostrar que yo no estoy contaminado
con el significado que la cultura dio
a los agrupamientos de las notas,
y soy capaz de disfrutar de ellas
en su desnudez, en su simplicidad,
y que conozco el secreto
que subyace a la misma naturaleza del sonido
y que con eso me basta para ser feliz.
Soy un compositor contemporáneo.
Tengo prohibido crear melodías,
aunque a escondidas,
cuando tengo la seguridad de que
no hay moros en la costa,
trato de ver si me sale
algo que alguien pueda tararear
sin hacerse cirugía
del cartílago cricoides o de la tráquea.
Pero no me sale nada,
¡puta que lo parió!
¿En qué me meto yo?
Igual no me interesa,
mejor hago una pieza
que vaya más allá
que aquellas estructuras tan gastadas
que no van más.
Eso mejor dejarlo para los de la música popular,
ellos saben más de eso.
Mi función es otra, estoy para marcar el nuevo rumbo
que la música futura deberá seguir
porque yo soy la vanguardia,
soy el devenir.
P.D. Que síííí, que ya sé que el video no se veía más bien nada. Pero es que era una puesta en escena contemporánea, si es que... os lo hay que decir todo.
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on viernes, 6 de marzo de 2009
at 9:25
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