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Hace días que no hace más que venirme a la cabeza aquella frase que decía Bilbo Bonsón antes de pasarle el anillo a Gandalf el Gris -inciso, soy friki y lo sé- :

"Me siento frágil, disperso como mantequilla untada sobre demasiado pan".




Siento que me paso el día corriendo de un lado a otro, toda aturullada, y que cuando llega la noche pienso que en realidad no hice tantas cosas, pero se zamparon todo mi tiempo.

Hay días que como en 10 minutos para poder hacerlo en casa, en un vano intento por no atracarme a donuts y pinchos de tortilla por ahí, que es lo que de verdad me apetece. Con todo nunca consigo cumplir mis propósitos al 100% y empieza a volver a darme miedo enfrentarme a la báscula.

Me he sentido bastante miserable, por cierto, al buscar la foto que acompaña esta entrada y pensar en el tiempo que hace que no me como una buena tostada con mantequilla un día de diario, porque hoy es hoy.

También he dejado hasta ahora el gimnasio, que falta me hacía, porque me agobia sólo pensar a qué parcela de mi tiempo libre tendría que renunciar para meterlo en mi horario.

Ni me acuerdo de la última vez que quedé con algunos de mis amigos, aunque siendo sincera, tampoco es que pudiera verles mucho antes por su manía de vivir a kilómetros de mí. Si es que me está entrando pereza hasta de mandar emails, que ya es decir.

Me gusta mi trabajo, pero uno de los inconvenientes de los niños es que aunque me dan muchas cosas, como su ilusión y sus ocurrencias, también me comen la mayor parte de mi voz y mi energía.

Siento que no puedo dedicar tanto tiempo como debería a estudiar las oposiciones, y mi voluntad de no acercarme a una academia está empezando a flaquear, Santa Wikipedia nos asista.

Me siento cansada pero no quiero dormir. Porque sé que si duermo cuando me despierte ya habrá llegado el día siguiente, con toda la lista de obligaciones y sitios a los que ir corriendo.

Y por si fuera poco ayer cambiaron todas las ventanas de la casa de mis padres y hoy empiezan con las mías. Y siempre recuerdo en estas ocasiones la maldición que una gitana le echó a uno de mi pueblo: "ojalá te entren los obreros en casa".

¿Soy la única que se siente así? ¿Tenéis alguna receta para la mantequilla dispersa?

This entry was posted on jueves, 29 de octubre de 2009 at 0:08 and is filed under , , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

6 comentarios

Tú no eres friki sino una persona que tiene una miríada de intereses plurales (y te lo digo de friki a friki en palabras de mi friki-compañero, otro que tal baila).

Esa sensación que describes la tengo yo a ratos en otoño e invierno. Me pasa ahora que cambian la hora y también a principios de año. Pero chica, es que la vida es cíclica y yo también. Me influye la falta de luz, tengo menos energía y lo que me apetece es hibernar, hacer menos cosas... pero la vida cotidiana no reduce sus exigencias... En fin, trato de rebajar mi propia autoexigencia, asumir que no pasa nada por hibernar un poquito y que ya se me pasará. Y así todos los años.

Bandéalo como puedas, pero no te pongas existencialista, que para eso el otoño no es buena época. Besote!

29 de octubre de 2009, 9:56

Pues yo la verdad es que no, ya sabes que doy clases de positivismo, sólo coincido en una cosa, cada día me da más pereza enviar un mail, jejeje. Son épocas de plofff, pero ya sabes, cuando quieras tomar un café o un buen desayuno de pincho tortilla,..... avisa, que no estoy a kms o si lo estoy me cojo la biciburra y pa ya voy, jejje.

Un abrazo biciclista

29 de octubre de 2009, 20:42
Anónimo  

Conozco bien esa sensación. Lo que yo suelo hacer es obligarme a tener un rato para mí una temporadita. Hasta que esté más animada. Un ratito al día sólo tuyo. En ese rato, al resto de cosas que les den.

31 de octubre de 2009, 13:30

Astarté me has calado sin necesidad de diván. Te voy a cambiar por mi psicoanalista argentino imaginario :P Creo que hibernar es lo que me hacía falta, y precisamente es lo que estoy haciendo en este puente. Aprovechar que hace buen tiempo para una vez para hacer excursiones y aprovechar que por una vez no me tengo que separar del costillo en domingo.

Por cierto, que ya se lo diré la próxima vez que me acuse de ser friki (lo que teniendo en cuenta que quiere comprarse un peluche de alien resulta insultante).

Biciclista eres un solete, te llamo y quedamos, que lo del desayuno y la biciburra me ha conquistao. Eso son amigos, señores.

Deirdre lo que me pasaba es que me agobiaba pensar en tomarme ese rato para mí, que podría ser por ejemplo volver al gimnasio. Cuanto te empieza a agobiar dejarte un rato libre malo, malo. Así que lo voy a hacer, que una vez pagado ya saco yo rato libre de donde sea, que a ratuca no me gana nadie.

Muchos besos y gracias a todos por los ánimos. Espero que lo estéis pasando genial este puente :)

1 de noviembre de 2009, 13:52

¿Un peluche de alien..? Tu costillo no tiene una miríada de intereses plurales... ¡Es un friki de verdad! XD

3 de noviembre de 2009, 0:44

Jajaja, ya se lo diré. Ya os haré una entrada con los peluches y muñequines que tiene o quiere, que da para mucho ;)

4 de noviembre de 2009, 0:00

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