Hace tiempo Astarté me comentaba que yo tenía una miríada de intereses plurales, pero que el costillo es un friki en toda regla. Estoy de acuerdo, creo que su gusto por Alien empieza a superar los límites normales, desde que se ha emperrado en adquirir este tierno peluche:
Qué queréis que os diga a mí me tiene horrorizada la idea de despertarme algún día con esa cosa en la cara, que sé que llegará o poco le conozco. ¡Además quiere que duerma en la cama con nosotros! Yo le digo que como método anticonceptivo no tendría precio, que bastante es que no me importa que nos miren sus figuritas cuando estamos en su habitación, pero él piensa que tiene un derecho in-Alien-able a hacerse con uno.
Lo peor es que se empieza por ahí y se termina decorando el salón con muebles de
Giger...
... tuneando un poco el coche...
...poniéndole este chupete al niño...
... dándole estos juguetes de Lego...
... o vistiéndole así en carnaval.
¡Esto es casi peor que haber descubierto que estudiaba guarreridas cuando me había dicho que era
ingeniero!
Lo único bueno es que creo haber encontrado la manera de que se coma una ensalada sin rechistar, que el tío sólo prueba la lechuga si viene dentro de la hamburguesa del McLonas.