Así que el año pasado, entre el resto de regalos le solmené uno que ni remotamente se esperaba: la película "Batman", pero la de 1966, que respondiendo al espíritu de la época es quizás una de las más alucinógenas de la historia del cine. De hecho, llega un punto en que una no sabe si los guionistas y actores se pasaron con las hierbas aromáticas o si es una parodia genial de los cómics de superhéroes.
Por si no recordáis la serie de cuando érais nanos, este Batman no es oscuro ni atormentado, ni ha pasado por el gimnasio (como que en algún sitio estrecho tiene que correr de lado).Le acompaña un Robin bujarra, al que dan ganas de pegarle un capón por relamido y pelota, y los efectos son, más que nunca, especiales. Cutrecópteros teledirigidos, delirantes acertijos, titis en bikini en las terrazas de los rascacielos, lucha con paraguas, animales explosivos más tiesos que la mojama y toda clase de batproductos. ¿Quién da más?