Una de las cosas que suele llamar la atención a los chicos que me cruzo en mi camino es mi afición hacia un elemento típicamente masculino como es el mundo de los videojuegos, internet y todo lo que huela a nuevas tecnologías. Sobre todo porque se une a otra característica mía: mi torpeza innata. Soy de esas personas que si hay dos piedras en el camino con una tropiezan y con la otra te descalabran. Aún recuerdo una caída gloriosa que tuve hace unos años un día que llovía y por la que terminé, desde la calle, bajando los tres escalones de entrada de una joyería ante la mirada atónita de los presentes. Así que en seguida los que me conocen suelen exclamar: "nunca conocí a una chica a la que le gustaran tanto estas cosas... y se le dieran tan mal".
Me temo que los ordenadores en general están llenos de peligros para un morena con mechas rubias. Cuando se me activan soy capaz de hacer las mayores tonterías, como perder todos los elementos de mi plantilla (hace menos de un mes) o hacerle el harakiri a mi ordenador con algún virus. Es como esas películas de miedo en las que la protagonista oye un ruido en el desván y se dirige, siempre vestida con un camisón sugerente, a ver si es que el gato quiere más leche. Todos sabemos que no debe ir, yo creo que incluso ella sabe que no se debe sobrealimentar a un minino a altas horas de la madrugada. Pero es que el impulso de coger una vela y averiguar qué cuernos es el ruidito cuando se está medio en pelotas es tan fuerte...
Pues algo así me pasa a mí, ayer mismo sin ir más lejos. Que descargo un archivo raro, le paso el antivirus (sigo siendo morena después de todo) y siento el impulso de abrirlo si me dice que no hay bichos. Peeeero siempre los hay y así he tenido que formatear ya esta tostadora camuflada de ordenador unas 15 veces en lo que va de año por ésta y otras causas, y no exagero un ápice. De hecho el costillo protesta porque dice que cuando viene a verme le pongo a trabajar en arreglarme estas cosas y sólo me falta darle latigazos y ponerle a coser balones Nike. Bah, exagerado, seguro que no pondría tantos reparos a los latigazos si los diera con el camisón sugerente a la luz de la vela.
A este paso me estoy temiendo que mi próximo regalo navideño sea un teclado para rubias, con sus equivalencias y todo:
Ctrl - ‘Tecla totalmente inútil’
Bloqueo de Mayúsculas- ‘¡Cuidado! Letras de tamaño XXL!’
Enter - ‘¡Sí! ¡Lo quiero!’
Esc - ‘¡No!’
Retroceso - ‘¡Oooops!’
Barra espaciadora - ‘La más Importante: Necesito mi Espacio’
Teclas numéricas- con puntos, estilo dado...
A este paso me estoy temiendo que mi próximo regalo navideño sea un teclado para rubias, con sus equivalencias y todo:
Ctrl - ‘Tecla totalmente inútil’
Bloqueo de Mayúsculas- ‘¡Cuidado! Letras de tamaño XXL!’
Enter - ‘¡Sí! ¡Lo quiero!’
Esc - ‘¡No!’
Retroceso - ‘¡Oooops!’
Barra espaciadora - ‘La más Importante: Necesito mi Espacio’
Teclas numéricas- con puntos, estilo dado...
Pero espera, espera, ¿y este botón? Me pregunto qué pasaría si
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on miércoles, 17 de diciembre de 2008
at 11:33
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cosas mías
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