Empiece por romper los espejos de su casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared, olvídese. Cante una sola nota, escuche por dentro. Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas semidesnudas en cuclillas, creo que estará bien encaminado, y lo mismo si oye un río por donde bajan barcas pintadas de amarillo y negro, si oye un sabor pan, un tacto de dedos, una sombra de caballo. Después compre solfeos y un frac, y por favor no cante por la nariz y deje en paz a Schumann.
(Julio Cortázar en Historias de cronopios y fantasmas)

This entry was posted on sábado, 10 de enero de 2009 at 22:14 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

2 comentarios

EL gran Cortazar, quien pudiera..

Estabas escondida y has sido un gran descubrimiento. Volveré por tu casa a menudo.

Saludos

11 de enero de 2009, 11:21

Serás siempre bienvenido cuando quieras volver, es un placer tenerte por aquí.

Por mi parte prometo dejar de estar agazapada en las sombras y espiar por las mirillas de tu casa y pasar a saludar la próxima vez. Que intuyo serán muchas. Saludos.

11 de enero de 2009, 17:37

Publicar un comentario