- Siempre se deja de escuchar el auricular izquierdo de mis cascos a los dos días de comprarlos.
- Los envíos nunca me pillan en casa y tengo que ir yo al quinto pino a recogerlos.
- Un zumo o un agua en un pub me cuestan más que un copazo.
- Los tíos a los que metía fichas y el resto en general pasan de mí justo hasta que inicio una relación.
- A mis medias les da por sacar dos o tres licenciaturas al punto de estrenarlas.
- Tomarse un café y un pincho es cada vez más caro en todas partes. Fuera del norte en algunos sitios no hay ni pinchos, lo que debe ser uno de los siete signos del apocalipsis.
- Siempre te tropiezas a tu ex, o a cualquiera que quieras que vea lo estupenda que estás desde que se pierde tu compañía, cuando vas desgreñada y en chándal a sacar al perro.
- Todo lo que está rico engorda.
- Depilación, todo está resumido en una sola palabra. ¡Mamá naturaleza, pero si ya bajamos del árbol hace un montón de años!
- En invierno siempre se me empañan las gafas al entrar en cualquier sitio y en verano sin ellas soy incapaz de encontrar mi propia toalla.
- Cuando el teléfono se avería tengo que llamar a un número de pago para que arreglen su propia incompetencia.
- Cuando tras más de 40 minutos se dignan a cogerme el teléfono la señorita operadora no puede solucionarme mi problema y me cuelga en las narices tras decirme que llame a otro número de pago.
- Los antiguos danzaban para obtener lluvia, yo sólo tengo que ponerme falda. Si ese día además he ido a la peluquería caerá el segundo diluvio universal.
- Soy una rehén de RENFE y sobre todo de ALSA, la empresa madre de todas las quejas.
- En mi trabajo estar ocho meses sin cobrar es considerado normal, pero mi jefe siempre aprovecha para repasarme por la cara su mercedes nuevo y el último modelo de GPS y Blackberry que se acaba de comprar.
- Estoy hasta la horquilla del moño de que haya que ser políticamente correcta, así que digo desde ya que me tienen frita los lameculos, los etarras, los periodistas sin corazón, las modelos anoréxicas, los antireligión porque sí y los fanáticos religiosos porque no, los gañanes egocéntricos, las vecinas pucelanas que no saludan y encima me miran mal, los políticos echándose las culpas unos a otros y los ladrones de la SGAE.
- Estoy harta de no encontrar trabajo, de los anuncios de compresas, de los virus informáticos, de las cadenas de la amistad y estoy harta de tanto frotar.
- Pero lo peor es que a este coro de Helsinki ya se le había ocurrido la mayoría de las mejores quejas ¡no es justo!
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on lunes, 12 de enero de 2009
at 9:16
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musicadas
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